sábado, octubre 10, 2009

Nuestra Opción Geotérmica




La geotermia es una fuente de energía que ha atraído la curiosidad de la humanidad desde tiempos inmemoriales y esta ha encontrado diversas maneras de aprovechar ese calor bienhechor. Hoy, tecnologías adecuadas permiten usarla más eficientemente, sea en modalidades difusas o intensivas. La energía geotérmica difusa utiliza la mayor estabilidad térmica de las capas superiores del suelo, en comparación con el aire. Mediante sistemas domésticos de bombeo, permite calefaccionar hogares y calentar agua sanitaria. En Chile ya existen sistemas de este tipo funcionando exitosamente. Por su parte, la energía geotérmica intensiva se obtiene de fuentes específicas desde las cuales es posible acceder al calor proveniente del magma de las profundidades de la Tierra y con él abastecer sistemas centralizados de calefacción o producir energía eléctrica.

En Chile se han identificado hasta el momento 120 fuentes geotérmicas intensivas, repartidas de Arica y Parinacota hasta Aysén, con un potencial de generación estimado en 16.000 MW, vale decir, más que toda la energía que actualmente genera el país. En el mundo, países como Islandia, Nueva Zelandia, Filipinas, Estados Unidos, México e Italia ya hace años aprovechan sus fuentes geotérmicas generando electricidad. Desde el año 2.000, Chile cuenta con un marco jurídico para esta fuente energética, el que concibiéndola como patrimonio del Estado, permite otorgar concesiones para su aprovechamiento.

Un reciente accidente en un pozo de exploración en las cercanías de los geyseres naturales de El Tatio, generó por un par de semanas una fumarola de varias decenas de metros, hasta que la misma empresa exploradora la controló. El evento alcanzó gran difusión. No es completamente descartable algún tipo de daño ambiental, que naturalmente debiese ser reparado por sus causantes. Con todo y por tratarse fundamentalmente de vapor, todo hace pensar que de producirse, sería un daño menor y de pronta recuperación, incomparable con los graves daños producidos corrientemente por la extracción, tráfico y consumo de petróleo y sus derivados o el catastrófico daño que sabemos genera un accidente nuclear, como ocurrió en Chernobyl. Por otro lado, no se han reportado en este mismo período disminuciones en la intensidad de las fumarolas naturales cercanas, lugar de gran atractivo turístico a nivel internacional.

Es perfectamente razonable la preocupación de las comunidades que pudiesen verse afectadas, para algunas de las cuales determinados lugares tienen un verdadero carácter sagrado. Es muy entendible también la inquietud de las empresas ligadas a la actividad turística de la zona. Sin embargo, la verdad es que en algunos actores políticos se ha podido percibir una cierta sobre reacción. No ha dejado de llamar la atención la actitud casi horrorizada de un candidato presidencial ante la fumarola de vapor, el mismo que no ha dicho nada frente a los anuncios de construir en nuestro territorio 8 nuevas megacentrales termoeléctricas, de destruir ecosistemas fluviales mediante gigantescas represas en Aysén y que no oculta tampoco sus simpatías por traer a nuestro país las fatídicas centrales nucleares.

Las actividades ligadas a la geotermia deben encuadrarse en el pleno respeto a las normas ambientales vigentes. Debe resguardarse el valor paisajístico y turístico de las zonas donde estas se efectúen y especialmente, deben ser respetados los derechos de las comunidades de pueblos originarios eventualmente afectadas. Sin embargo y al mismo tiempo, debiese ser una prioridad de política pública impulsar el sabio aprovechamiento de las fuentes energéticas de bajo impacto ambiental.

Es posible imaginar a Chile como un país que genere en forma autónoma y segura la energía necesaria para el buen vivir de sus habitantes, buen vivir que conlleva indisolublemente la conservación de su naturaleza. Para ello se debe combatir fuertemente el derroche; se precisa utilizar tecnologías preservadoras y eficientes; se debe propender a que cada hogar alcance grados crecientes de autosuficiencia energética, generando descentralizadamente al menos una parte de la energía que consume e incluso aportando a un sistema interconectado en momentos de excedente. Es posible también, en un programa de ese tipo, aprovechar aquellas energías que menos daño causan a Chile y al planeta. Dentro de ellas, sin duda la geotermia debiese tener un lugar preponderante.

3 comentarios:

Patricio Molina dijo...

Mire, para mi, cualquier comentario o cosa que hoy se diga acerca de la geotermia es de la mayor intolerancia, partiendo por los 16.000 MW que usted menciona. Hace 9 años que investigo, exploro y trabajo en geotermia. Por esos años se hablaba de 5.000-7.000 MW, así, al ojo. Ni ayer ni hoy se cita la fuente de ese potencial. Con menos potencial declarado, Islandia cubre entre el 40% de su demanda eléctrica. Cero emisión. El resultado de administrar apropiadamente los recursos. Chile hace más de 100 años que quiere explotar geotermia y no puede. Y ahora que se está atreviendo, salen al paso una sarta de comentarios infundados que atentan no contra las personas, entienda bien, sino con su fuente de capital invertido, que el negocio hotelero se les viene abajo. Eso pasa porque se ponen hacer negocios en un lugar que no lo conocen, me entiende? NO LO CONOCEN! Si conocieran dónde están poniendo su negocio, habrían aprovechado la geotermia como corresponde, y ahi, en ese escenario, les encontraría toda la razón de atemorizarse y tendrían la propiedad de pedir una revisión de la exploración del reservorio. Ahora bien, por otro lado, antes que cualquier consorcio formado, personalmente hubiera preferido que se incentivara el desarrollo geotérmico con pequeñas aplicaciones, centrales de muchísimo menor tamaño, que fueran generando la confianza y la experiencia del terreno local, porque las empresas si bien tienen experiencia, otra cosa es encontrarse con un reservorio del que no se le conoce su comportamiento. Hubiera deseado que su comentario agotara toda su expresión en un discurso nuevo, igual es tibio, no plantea que la discusión real está fuera de la institucionalidad, cuando lo que Chile necesita es atreverse a más y no a "más de lo mismo". Así y todo, si hablaramos de 16.000 MW y con un desarrollo de 40 MW, estamos hablando (cifras al vuelo) del 0,25%. Imagine por un 1%. Totalmente de acuerdo con las sobrerreacciones. Pero le faltó análisis. Un saludo.

Unknown dijo...

Estimado Geospower,

El estudio de los 16.000 MW es del investigador Alfredo Lahsen. En el siguiente vínculo hay más antecedentes.

http://noticias.fondef.cl/deta_noti.php3?cod_noti=460


Seguramente tienes razón con que mi artículo es algo tibio. Comprende que lo escribo desde el mundo ecologista, en el cual se desató, a mi juicio, una injustificada y algo incingruente escandalera. En el mismo Mostrador ayer se publicaba un artículo de mi amigo Pedro serrano, también haciéndose parte del escándalo.

Sencillamente, quise poner un poco de sensatez en el tema.

Gracias por tu comentario.

Patricio Molina dijo...

Para serle franco, Alfredo cita ese potencial de referencia, que todavía no está cuantificado. Los sitios con potencial informados son referidos a un catastro de fuentes termales que elaboró Sernageomin, pero que no son del todo geotérmicos. Le cuento que esas fuentes tienen la obligación de licitarse, así como la fuente del Tatio. La misma Ley 19.657 generó las condiciones para que se llegará hoy día a decidirse por la exploración de las cercanías del Tatio. En otras zonas, se habría generado la comptencia mediante las licitaciones de los sitios, por lo que despeja toda incerteza del tipo jurídica desplazar todo el esfuerzo hacia el desarrollo del Tatio. Nuevamente, un cordial saludo. Patricio.