viernes, febrero 06, 2009

¿Avergonzando a Chile?



Nos preguntamos si la Presidenta hablará, o nuevamente, como en el caso chino, guardará silencio frente a las violaciones a los Derechos Humanos que se cometen en el país que visita. En los mismos momentos en que ella esté inaugurando ferias de libros, escuchando conciertos o pegándose otra arrancadita con la Jupi a un reconfortante chapuzón en el Caribe, muchos presos de conciencia seguirán languideciendo en las cárceles cubanas, algunos condenados a más de 20 años. Sí, 20 años, sin haber matado ni siquiera herido a nadie, sin siquiera haberlo intentado. Según Amnistía Internacional, “se considera “preso de conciencia” a toda persona encarcelada o sometida a otras restricciones físicas por sus convicciones políticas, religiosas o cualquier otro motivo de conciencia, así como por su origen étnico, sexo, color, idioma, origen nacional o social, situación económica, nacimiento, orientación sexual u otras circunstancias, siempre que esa persona no haya recurrido a la violencia ni propugnado su uso”. Amnistía denuncia que existen cerca de 60 presos de conciencia en Cuba. http://www.es.amnesty.org/es/donde-estamos/grupos/comunidad-madrid/grupos/madrid/paginas/grupos-locales/grupo-e66/preso-de-conciencia-en-cuba/

Es cierto que Chile no se puede jactar de ser un paraíso en materia de Derechos Humanos. Si no, sería cosa de preguntarles a los familiares de mapuches o trabajadores asesinados por Carabineros mientras luchaban por sus derechos. Sin embargo, con todas esas prevenciones, en este país no se llega al extremo de que existan “presos de conciencia” (que yo sepa…).

Alguien podría decir que no es de buena educación andar reclamando cosas cuando a uno lo invitan a una casa. Es cierto; por eso uno tiene que pensar muy bien a quien va a visitar. Sería como si yo supiera que un vecino le pega a su señora y el vecino me invita a comer a su casa. Por cierto que es complicado, en medio de la comida, reprocharle al vecino su conducta. ¿Qué se podría haber hecho en ese caso? Sencillamente, no acceder a la invitación del vecino y al gentilmente rechazarla, explicarle por qué. Eso serviría para que el vecino se enterara, por si aún no lo ha hecho, que el vecindario no considera adecuado que golpee a su mujer. Si por el contrario, yo accedo a la visita y una vez allí guardo silencio respecto de la indubitable violencia familiar que en ese hogar existe, el vecino pensará que nadie tiene nada que reprocharle, que lo que hace es de lo más normal y que es objeto de la más alta consideración en el vecindario. Y para no perder la costumbre, le dará otra frisca a su cónyuge no bien el invitado haya traspuesto el umbral.

Muchos de quienes participamos en la lucha contra la dictadura de Pinochet entendimos que no siempre los que aparecían como opuestos usaban métodos tan diferentes. Aunque nadie le reprocha al régimen de los Castro crímenes como los detenidos desaparecidos, sin embargo no dejan de haber sus similitudes. Ambos deshumanizan a sus adversarios. Aquí, humanoides, allá, gusanos. Ambos se presentan como encarnación de la Patria y quienes los atacan son anti patriotas y actúan sin ideales, sólo movidos por dinero, vendidos al “Oro de Moscú”, aquí, a los “Dólares del Imperialismo, allá. Ambos defienden a la Patria de sus enemigos, todos los cuales quieren aniquilarla, convirtiéndola en “Satélite Soviético”, aquí, en “Otro Estado del Imperio, allá. Ambos excluyen “Constitucionalmente”, a sus adversarios: Antiguo artículo 8º aquí, artículo 62 allá. En materia de libertad de expresión, quizás incluso la dictadura chilena salga mejor parada, pues al menos en los 80 y aunque con mucha censura, circularon legalmente medios impresos y se escucharon radios opositoras. La mayor parte de esos medios murieron, la verdad sea dicha, ahogados económicamente por la Concertación y su predilección por las dos grandes cadenas (por favor, lo de “cadena” no está dicho con ningún doble sentido).

¿Que todas las restricciones anteriores existentes en Cuba no tienen que ver con la esencia del régimen socialista cubano y que sólo se explican por el criminal bloqueo? Hmm…en primer lugar, el bloqueo, desde Clinton, dejó de ser tan criminal pues se comercializan alimentos y medicinas. Además, Cuba puede comerciar con todo el resto del mundo. Pero independientemente de lo anterior, ¿por qué se responde al bloqueo norteamericano privando de las libertades básicas a la propia ciudadanía?, ¿Es que el pueblo cubano sería una especie de rehén en esta confrontación entre las cúpulas estadounidense y cubana?

He escuchado a muchos de los disidentes cubanos. En primer lugar, y como es lógico, presentan una gran diversidad entre ellos. No son susceptibles de ser homogeneizados, como pretende la dictadura. Los hay muy de derecha, para mi muy personal gusto, bastante detestables. Hay otros claramente de centro, unos incluso que son una variante local de la Democracia Cristiana. Pero independientemente de lo que planteen, mientras no recurran a la fuerza o propugnen su uso, no hay razón alguna para privarles del derecho a expresarse y a ser una opción que los cubanos puedan elegir. Si ese pueblo está tan de acuerdo con los Castro, como dice la propaganda oficial, ¿por qué no preguntarle de alguna forma que al menos dé tantas garantías como el plebiscito de Pinochet de 1988? ¿Que plantear esto es injerencia en los asuntos internos de otro país? Tanta, como la injerencia que muchos pueblos del mundo hicieron en Chile, solidarizando con la lucha democrática contra Pinochet. ¿O es que aquí esa injerencia se debía llamar “solidaridad” y allá, “intervención” y “agresión”?

La verdad es que muchos aspectos del régimen cubano son interesantes. El esfuerzo en salud, en educación (aunque educación sin libertad de cátedra no puede ser tan espectacular) y sobre todo el intento de crear incentivos morales para las conductas humanas, me parecen muy valorables. Cuba ha logrado un Indice de Desarrollo Humano muy similar al chileno, pero con un ingreso muchas veces inferior, y eso es un gran logro. En un mundo que se está destruyendo por el consumismo capitalista, recorrer las calles de La Habana y no ver propaganda comercial, sino la exaltación de ideales, es un contrapunto inspirador. Si efectivamente ese tipo de sociedad fuese la elección libre y soberana de la mayoría de su pueblo y esa mayoría, independientemente de su cuantía, respeta a quienes piensan distinto y quieren cambiarla pacíficamente, Cuba sería un ejemplo en el mundo. La falta de libertad y democracia hace que todo lo valioso quede opacado.

Y volviendo a la visita presidencial, hay que decir que Bachelet no actúa por ella misma en sus recorridos por el mundo. Para bien o para mal y mientras sea Presidenta, representa en sus actuaciones en el extranjero a todos los chilenos y chilenas. Nadie la obligó a hacer esta visita. El hacerlo o no hacerlo es una decisión de Estado que trae consecuencias fundamentalmente en la credibilidad y prestigio de Chile, no de Bachelet. Por lo tanto, si habiendo decidido ir a Cuba, guarda silencio, si no pide la libertad de los presos de conciencia, estará siendo cómplice de dichos abusos y avergonzando a Chile entero. Esperamos que ello no suceda. Aún es tiempo. El díscolo aspirante presidencial que la acompañará, quizás podría ayudarla en la tarea de ser coherente, salvo que también se maree con los homenajes a su padre.

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