La araña Tigre (llamada así obviamente por su cuerpo y patas manchadas) recibe el nombre científico de "Scytodes Glóbula". "Scytodes" es por su familia y me imagino que lo de "glóbula" debe ser porque tiene el trasero grande y redondo, como un globo (ahí tienen un sobrenombre cariñoso para alguna fémina que tenga características similares). Es inofensiva para el ser humano, pero lo mejor es que es depredadora de la araña de Rincón (Loxosceles Laeta), cuya picadura sí puede llegar a ser mortal para nosotros, provocando un síndrome infeccioso que se denomina loxoscelismo. En las fotos que tomé de esta cacería que se desarrolló en mi casa, la Tigre primero le escupe un fluido a su presa (por eso también le llaman araña "escupidora") que se convierte en una telaraña que la inmoviliza. Luego se acerca, le inyecta su veneno y comienza a almorzársela. Es notable como pese a que la de Rincón es más fornida y mucho más rápida de movimientos, el escupo de la Tigre resulta para ella un arma contra la cual no tiene defensa.
Bueno, tampoco se trata de estigmatizar a las de Rincón, que como su nombre lo indica viven en rincones, son muy tímidas y huyen velozmente cuando sienten ruidos o cambios de luminosidad. Su dieta no está compuesta de humanos precisamente, si no de pequeños insectos, (le encantan las moscas y similares) pero cuando se siente atacada y no puede huir, usa su única defensa, que es su picadura. Y nosotros sin querer podemos molestarla
Así que por favor, nunca, escucha bien, NUNCA, mates una araña Tigre, pues puede ser la que te salve la vida. Por el contrario, salúdalas y deseales una buena cacería.
Comprendiendo algo más las complejidades de la naturaleza, se entiende lo insensato que resulta muchas veces el temor atávico contra los insectos en general. Por cierto, esos temores son exacerbados por la publicidad de insecticidas, que nos incita a destruir indiscriminadamente esas pequeñas formas de vida, que en muchas ocasiones podrían ser nuestras grandes aliadas. Es una insensatez, pero una insensatez que resulta un gran negocio para Bayer y otras por el estilo, que nos venden armas para "matarlas bien muertas", aunque también nos envenenemos de paso a nosotros mismos.
Creo que lo que debemos desterrar de fondo, en la época de la gran crisis ecológica, es la idea de permanentemente querer violentar a la naturaleza, asumiendo en cambio el desafío de adaptarnos sabiamente a ella.