martes, noviembre 27, 2007

¿Subsidio al Transporte Motorizado?




Publicada en El Mostrador, 17 de noviembre de 2007.

Recientemente leíamos una columna del diputado Esteban Valenzuela, uno de los pocos parlamentarios regionalistas, donde explicaba las razones para votar negativamente a un nuevo subsidio al Transantiago. Valenzuela justifica su rechazo al subsidio, por cuanto estima que esta medida discrimina a favor de la hipertrofiada capital. Plantea que en lugar de ello, “lo que correspondería aprobar en el presupuesto es un subsidio al transporte colectivo de los chilenos, y no sólo focalizado en la Región Metropolitana”. Desde una perspectiva regionalista, su planteamiento parece impecable. No pueden haber subsidios que hagan más barato vivir o producir en Santiago, si es que se pretende avanzar en la regionalización del país.

El Gobierno con seguridad no apoyará un planteamiento como el de Valenzuela. Ello, por cuanto no se atreverá a sincerar los costos del transporte público, cuando este aún sigue careciendo de los niveles de dignidad básica para los usuarios de la capital. Además, este sinceramiento conspira contra el populismo centralista que resulta cada vez más rentable conforme se acercan períodos electorales.

Pero aquí queremos ir un paso más allá de lo planteado por el diputado Valenzuela. No sólo no es conveniente subsidiar el transporte en Santiago. En nuestra opinión, y contrariamente a lo que el parlamentario propone, no es conveniente subsidiar el transporte motorizado en ningún lugar, al menos de este planeta. En efecto, el transporte motorizado es una actividad que genera diversas externalidades negativas, como contaminación atmosférica, acústica, visual, congestión, accidentabilidad. En el medio urbano, el transporte motorizado es una de las actividades más dañinas.



Una sana política buscará acercarse al “óptimo social” de transporte, lo que significa que este debe pagar todos los costos que actualmente externaliza y por supuesto, no recibir subsidio de ninguna clase. Una sana política que apunte a la necesaria regionalización, pero al mismo tiempo a la sustentabilidad, buscará internalizar todos los costos del transporte motorizado, en Santiago y en las otras regiones. Con esa internalización pareja de costos, salen ganado las otras regiones, sencillamente porque las distancias a recorrer serán generalmente menores en todas las demás ciudades de Chile en comparación con la capital.

Por cierto que la internalización de costos del transporte debiese comenzar por el transporte privado, el funesto automóvil particular, que es la forma más dañina e ineficiente de transportar personas. Parlamentarios y auto-ridades de gobierno tendrían muchos ejemplos que dar en ese sentido.

El plantear que no existan subsidios generales a ningún tipo de transporte motorizado, no significa que no haya que apoyar directamente a las personas carenciadas que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas. Pero ese subsidio directo a las personas no distorsiona la asignación de recursos a favor de una actividad dañina, como si lo hace un subsidio general a las tarifas del transporte.

Creemos que políticas que apunten a la sustentabilidad deben contribuir a reducir las necesidades de transporte de las comunidades. En la época del cambio climático, uno de cuyos responsables principales es el transporte motorizado, debemos apuntar a “acortar las líneas de abastecimiento”, para usar el lenguaje estratégico. En la época de energía cada vez más costosa, debiésemos orientarnos a construir ciudades más compactas; trabajo más cerca del hogar, cuando no trabajo en el hogar (teletrabajo); subcentros cívicos; establecimientos educacionales de calidad cercanos a los lugares de residencia; lugares de producción de alimentos próximos a las ciudades; espacios naturales integrados en lo urbano que permitan recreación sin largos desplazamientos. Por cierto, vías seguras para las nobles bicicletas. Estas son algunas de las líneas políticas a las cuales deberían destinarse los recursos públicos. Sin duda, no a subsidiar una actividad dañina como es el transporte motorizado. Sustentabilidad es sinónimo de cercanía.

2 comentarios:

Alvaro Jorquera Mora dijo...

resulta particularmente interesante las propuestas que se entregan en el artículo.

Y concuerdo con que el gobierno no apoyaría los planteamien ni del diputado valenzuela, ni los suyos. Pero yo hago extensivo no sólo al gobierno, sino que a toda la clase política chilena, el mostrarse reacios a cambios tan grandes y a la vez tan necesarios.

En Chile el funcionamiento de las dos cohalisiones políticas con representación en el congreso, tiende fuertemente a la mantención y no al cambio. Esto les asegura mantenerse en el poder, sin pasar grandes riesgos.

Ahora bien, respecto al subsidio del transporte público, siento que las decisiones se siguen tomando bajo argumentos de tipo político electoral, mostrándonos nuevamente que la clase política chilena hace timepo que no está a la altura de las necesidades de la ciudadanía.

Saludos Profesor Rendón

Anónimo dijo...

Interesante y de mucha actualidad es el artículo del Profesor Rendon.
Yo agregaría, que cualquier subsidio al uso de ENERGÍA (electricidad, combustibles, etc.) serìa una medida DESATINADA desde un punto de vista Medioambiental (Calentamiento Global=> Cambio Climático), pues INSENTIVA el DERROCHE. En el caso de la Gente con menos (o ningun) recurso debería darsele una pension de cesantìa o aumentar un poco el sueldo mínimo.
El subsidio al transporte Capitalino propiciará tambien la "INEFICIENCIA" de los Empresarios PRIVADOS, pues les asegurará una entrada (ganancia) permanente, lo hagan bien o lo hagan MAL.
En cuanto al Transantiago en si, diría que es un "ENGENDRO RARO" que tiene cabeza de perro (Estado) y cuerpo de gato (Privados). Digo esto basado en que: en este sistema economico (neoliberal con disfraz) es IMPOSIBLE que el Estado pueda dirigir o racionalizar en forma CENTRALIZADA el uso de unidades (Buses) PRIVADAS, pensando en el "bien común", pues a la Empresa PRIVADA la mueve un "fin de LUCRO", he ahí el "engendro raro".
Para que el Transantiago FUNCIONE, debe ser ESTATAL y sin subsidios (cabeza de perro con cuerpo de perro) como en la mayor parte del mundo, incluído EE UU y Gran Bretaña