viernes, abril 28, 2006

Lagos, la Etica y el Poder


Etimológicamente, mentir está emparentado con mente. Ambos vienen de la misma raíz indoeuropea “mn-ti” que significa “pensamiento”. La relación es, evidentemente, que en el caso de la mentira, hay una creación mental a través de la cual se pretende ocultar la verdad. Como es una creación mental, seguramente las personas a las que se les atribuye una inteligencia sobresaliente, también pueden pensar que tienen una capacidad especial para mentir eficazmente.

Pero como decía mi abuelita, transmitiendo la sabiduría antigua de nuestro pueblo, “más luego se pilla a un mentiroso que a un ladrón”. Y parece que ese adagio popular termina siempre resultando cierto. Muchos, en la cima del poder, seguramente piensan que están inmunes y que podrán ocultar permanentemente lo que no les conviene. Pero la verdad parece que tiene una impertinente tendencia a aflorar. Al igual que las plantas, ama la luz del sol y la busca, la persigue. Eso lo ha aprendido muy bien Pinochet, que seguramente jamás se imagino que sus crímenes y robos serían descubiertos y juzgados.

El significado del mentir está ligado a negarle la verdad a quien debe saberla. Miente, no solamente quien dice expresamente algo contrario a la verdad, sino también quien no dice lo que debe decir, quien omite la verdad. De allí la conocida exigencia judicial a quien presta testimonio: “¿juráis decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?”.

Quien ahora ha empezado a conocer la tendencia heliotrópica de la verdad, es el ex presidente Ricardo Lagos. Hoy está quedando en evidencia que durante su mandato logró ocultar muchas cosas que no le convenían. Seguramente eso estuvo en la base de la alta aceptación que mostraba en las encuestas de popularidad.

Durante algún tiempo al menos, Lagos logró ocultar, por ejemplo, que había nombrado a representantes de intereses económicos privados para que gestionaran los asuntos públicos relativos a las mismas áreas donde realizaban sus negocios. Se violaron así las escasas normas sobre probidad existentes en Chile. Esto sucedió con su primer subsecretario de pesca, el hasta entonces empresario salmonero y presidente de Salmón Chile, Daniel Albarrán. Lagos no tuvo escrúpulos, en ese caso, en poner “al gato a cargo de la pescadería”, para seguir con nuestros refranes. Cuando a partir de una denuncia nuestra, los tribunales investigaron este tema, que además de falta administrativa constituía el delito de nombramiento ilegal de funcionario público, Lagos se movilizó rápidamente para acallar a los testigos que llamamos a declarar. Eso sucedió con un diputado de la Concertación que había conocido los entretelones del caso. El Estadista citó a Palacio al parlamentario y lo instó a que no dijera en estrados lo que debía decir. El diputado se doblegó y cambio su versión a la hora de comparecer al llamado de los tribunales. Así, la causa pudo ser archivada. Esto lo supimos posteriormente, de boca del mismo diputado, que avergonzado, trataba de explicarnos su sorprendente cambio.

Pero hay otros casos en que la verdad todavía no ha logrado ser dilucidada. ¿Alguién recuerda el caso de las “Aulas Tecnológicas”, ese equipamiento por el que el Ministerio de Educación pagó varias veces su valor a un empresario español ligado al PSOE? ¿Alguién recuerda quién era el Ministro de Educación bajo cuya gestión se realizó la curiosa operación?...Correcto, el mismo.

Dentro del “Inventario de las Sombras” del Estadista, se encuentra, cómo no, el mar de irregularidades que convirtió al Ministerio de Obras Públicas en el epicentro de la corrupción en Chile. Sobre eso, ha dicho don Ricardo que desconocía lo que ocurría en materia de sobresueldos, triangulaciones y demases. Desconocía todo, pese a que los directamente implicados eran sus hombres de mayor confianza, como Carlos Cruz. o su propio pariente, Matías de La Fuente. ¿Alguién cree que Lagos verdaderamente no sabía?

Hoy, sabemos que Lagos no le dijo tampoco la verdad al país, ni siquiera a los propios familiares, respecto de los errores del Servicio Médico Legal cometidos en la identificación de algunas de las víctimas de la dictadura. Prefirió guardar silencio, para evitar los costos políticos. No le importó que las madres, esposas o hijos, siguieran llevando flores al lugar equivocado, pensando que ahí, cómo le habían dicho las autoridades, estaban los restos de sus seres queridos.

¿Si el Estadista fue capaz de ocultar la verdad sobre todas estas cosas, sobre cuántas más también lo hizo?

Luis Mariano Rendón, abogado, profesor de Derecho y Etica Ambiental. lmrendon@accionecologica.cl